Subject F71Salv

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Title: Interview with Subject F71Salv
Description: Interview conducted as part of the the Corpus of Spanish in Georgia project.
Interviewee: F71Salv
Interviewer: Limerick, Philip P.
Language: Spanish

Transcription conventions:

  • @ = laughter
  • , = short pause (.5 seconds or less)
  • … = long pause (1 seconds or more)
  • X = unintelligible
  • T: (#) = timestamp (approximate)
  • XXX = removed identifying information

 I: Bueno pues hoy es el 23 de julio de 2015. Estamos a-aquí, Roswell ah Latin Plaza. Este, ¿esta tienda cómo se llama?

 R: ¿Cómo se llama la tienda?

 I: Auto Security, sí y pues, yo soy Philip Limerick, ¿y su nombre es?

 R: XXX

 I: OK. ¿Y cuál es su fecha de nacimiento?

 R: XXX

 I: Uhm, ¿cuál es su nacionalidad?

 R: Salvadoreña.

 I: OK. Eh, ¿me puede hablar un poco de su educación escolar?

 R: Mi educación escolar, yo yo estudié, en Honduras.

 I: Ajá.

 R: Porque mis padres, ah pues de El Salvador se fueron para Honduras.

 I: Ajá.

 R: Y allá crecimos, y allá estudié. Yo estudié hasta sexto grado.

 I: Ah, OK. OK.

 R: Sí.

 I: Muy bien. Pues, uhm, ¿me puede hablar de, un poco de su, eh, su trabajo? Trabajos anteriores o cualquier trabajo que ha tenido?

 R: Bueno, mi, mi, mi, mi juventud, duré con mis padres hasta los 20 años.

 I: OK.

 R: A los 20 años yo empecé a trabajar. A los 21, 22 años... yo pues, eh tuve una pareja, de la cual nació una niña en Honduras.

 I: Ajá.

 R: Cuando la guerra de los cien horas de Honduras con El Salvador, la abuela los mandó para El Salvador. Ahí creció mi hija. Y ahí, pues, empecé ya a trabajar.

 I: OK.

 R: Ya en mi país.

 I: Sí.

 R: Y mi hija, pues estudió... para maestra, para secretaria.

 I: Sí.

 R: Eh estuvo en-en la escuela, colegios privados y universidad nacional.

 I: OK, muy bien.

 R: Sí, se preparó, y se casó.

 I: Ajá.

 R: Tiene tres hijos. Ellos actualmente, per-pertenecemos um a... a, a, a, a una congregación que es evangélicos.

 I: Ajá.

 R: Somos evangélicos.

 I: Sí.

 R: Cristianos evangélicos. Ella vive aquí en Washington con su esposo y sus tres hijos. Mi hijo vive aquí y yo he venido de turista.

 I: Ah, OK.

 R: Sí. Ya al poco tiempo pues voy de regreso para mi país. Y pues, a los doce años que mi hija nac--, viviera de edad, nació él, de otra pareja. Está, este hombre se murió y yo fui madre soltera. Crecí, pues crecieron a mi lado mis dos hijos.

 I: Sí.

R: Estudiaron, se prepararon, pues les di buenos principios.

 I: Ajá.

 R: Ser honestos... en su trabajo, responsables y les di una disciplina, pues normal, ¿verdad?, no maltratándolos.

 I: Ya.

 R: Sí. Entonces ellos han crecido, muy trabajadores.

 I: Ajá.

 R: Muy honestos.

 I: Qué bien.

 R: Sí. Y yo pues, tengo una vida buena, una edad, tranquila.

 I: Ajá.

 R: Pues me he quedado sola. Crié dos, crié dos sobrinas que viven en Houston, me quieren como su madre. Y yo le doy gracias a Dios, porque él puso esa-esa gracia en mí de-de amarlas a mis sobrinas como amar a mis hijos.

 I: Ajá.

 R: Me siento feliz, porque mis hijos no me han avergonzado, nunca ellos han-han tenido un problema con la policía.

 I: Ajá.

 R: Nunca han-han estado, pero ni en la puerta bien en una bartolina, jamás.

 I: Ajá.

 R: Y somos muy apartados del mal. Somos apartados porque tenemos a Dios, ¿verdad?

 I: Ajá.

 R: Sí. Y, respetamos.

 I: Ajá.

 R: Lo ajeno. Respetamos al adulto, respetamos a los niños.

 I: Ajá.

 R: Entendemos... lo que otros sienten.

 I: Sí.

 R: Si le podemos dar una palabra de aliento, se la damos.

 I: Ajá.

 R: Si lo permiten.

 I: Es importante, sí.

 R: Ajá. No sé si si le parece, es una historia.

 I: OK, muy bien, no, es muy interesante.

 R: Sí.

 I: Y, pero dijo que, estaba aquí usted de, vacaciones ahora.

 R: Sí, ando con visa.

 I: Oh, OK.

R: Ando con visa y...

 I: OK, ¿cuánto tiempo?

 R: Me han dado la visa, es para diez años.

 I: Oh, OK.

 R: Está reciente. Ya me han dado dos veces.

 I: Ajá.

 R: Visa, nunca me la han negado.

 I: Oh, OK.

 R: Y hoy me la volvieron a dar para diez años. Y es primera vez que vengo aquí a Atlanta a conocer, me encanta, me gusta, muy agradable.

 I: Sí.

 R: Y he viajado mucho. Fui a Houston como cinco veces. He venido a Washington como seis veces. Y yo aquí, con la nueva, visa he venido primera vez a conocer Atlanta.

 I: Oh, qué bueno.

 R: Ajá.

 I: ¿Cuándo llegó aquí?

 R: Vine el 17 de junio.

 I: Oh, OK, ¿de este año?

 R: Sí.

 I: Oh, OK. Pero antes, uhm, cuando-cuando estaba aquí antes o cuando vivía un poco...

 R: Me venía a estar cuatro meses.

 I: Ajá.

 R: Cada vez que venía, estaba cuatro meses.

 I: OK, cuatro meses.

 R: Cuatro meses.

 I: ¿Y-y-y cuántas veces ha, ha venido aquí?

 R: Aquí, primera vez.

 I: OK.

 R: En Atlanta.

 I: Pero, ¿a Estados Unidos?

 R: A Estados Unidos he venido once veces.

 I: Oh, ¿cuántas?

 R: Once veces.

 I: Once, ah, bastante, @ eh, mucho entonces.

 R: Once veces, sí.

 I: OK. ¿Cómo cada año o...?

 R: Dos veces al año.

 I: Oh, OK, dos veces.

 R: Dos veces al año.

 I: Qué bien, qué bien.

 R: Sí.

 I: OK, ¿y cada vez es cuatro meses?

 R: Pues en unas veces dos, en otras, tres, en otras, cuatro.

 I: Ah, sí OK

 R: Sí.

 I: Muy bien.

 R: Ajá.

 I: Uhm, ¿y cuándo fue la última vez que-que estaba aquí como antes de ahora?

 R: Ah, la última vez fue el 11, el... en 1911.

 I: Once, OK.

 R: Sí.

 I: Ah, OK.

 R: De 1911, hoy he venido al 2015.

 I: Ah, OK.

 R: A los cuatro años.

 I: Sí, OK. Muy bien, ¿y en qué ciudad nació?

 R: En San Miguel.

 I: San Miguel.

 R: Departamento de San Miguel.

 I: OK. Muy bien.

 R: Ajá.

 I: Uhm.

T: 07:01

 R: Zona de oriente.

 I: Sí. ¿Y qué otras partes de Estados Unidos dijo que visitó?

 R: Yo conozco Virginia.

 I: Ajá.

 R: Conozco Houston, San Antonio, Texas.

 I: Ajá.

 R: Conozco, Las Vegas.

 I: Ajá.

 R: Eh que la gente en mi familia mi hija me llevan, ¿verdad?

 I: Sí.

 R: Ellos van a pasear o va a alguna boda, una invitación o... me llevan a mí. Cuando ya me voy, que ya voy para irme, pues ellas me llevan.

 I: Ajá, ajá.

 R: Y fuimos a, a San Antonio, Texas a unos paseos muy bonitos. Fuimos a un zo... a un, zo- ¿cómo se llama? Donde están los-los animales.

 I: Ajá.

 R: Eh, ci-circo de, ¿cómo se llama? Donde están los animales.

 I: Zoológico.

 R: Zoológico.

 I: Zoológico.

 R: Fuimos y fuimos a un cementerio donde está Selena.

 I: Ajá.

 R: Enterrada. Y bueno, he conocido muchos lugares en Houston.

 I: Ah, qué bien.

 R: Sí.

 I: ¿Le gusta estar aquí?

 R: Me encanta, me encanta.

 I: Me alegra.

 R: Ah, sí.

 I: Um ¿Me podría hablar un poco, pues ha mencionado, uhm, sobre su familia un poco? Pero ¿Me-me podría hablar un poco más de-de su familia?

 R: OK. Mi familia es poca. Mis padres se murieron ya hace años.

 I: Ajá.

 R: Yo me quedé sola con varios hermanos varones ahí en El Salvador, pero mis hermanos son... agarraron malos caminos.

 I: Ajá.

 R: Con el licor. Unos se murieron, otro está vivo, que ya es mayor que yo. Y, el otro vive separado, porque se crió con otra familia, otro hermano.

 I: Ajá.

 R: Y una tengo una hermana aquí en Houston que vive con la hija... eh con esas sobrinas que yo crie, vive mi hermana.

 I: Ajá.

 R: Y, y yo vivo en El Salvador. Yo no tengo más hijos más que sólo dos, hijos de mi vientre sólo son dos, que es él y la hija que vive aquí en Baltimore.

 I: Ah, OK.

 R: En Baltimore. Ahí vive ella con su esposo.

 I: OK.

 R: Y sus hijos. Ellos son pastores evangélicos.

 I: OK, qué bien.

 R: Ajá. Entonces, eh, yo entonces he viajado mucho, muchas veces.

 I: Ajá.

 R: Y pues mi familia es poca.

 I: Ajá.

 R: Sólo son dos hijos, un yerno, una nuera, cuatro nietos.

 I: Sí.

 R: Sí, y me siento feliz.

 I: Ajá.

 R: Sí.

 I: Qué bien. OK, muy bien, pues, ¿me puede hablar un poco de... del tiempo que va a estar aquí, uhm, que tiene un-un visa, de diez años, ¿verdad?

 R: Sí.

 I: Entonces, pues, ¿piensa estar aquí unos diez años entonces, en esta... en esta zona?

 R: ¿Perdón? No-no le entendí.

 I: ¿Qué si piensa estar aquí en esta zona muchos, muchos años o piensa volver, volver a...?

 R: No. Yo regreso el 12 de agosto.

 I: Oh, OK, OK.

 R: Y no se sabe cuánto tiempo podré volver otra vez.

 I: Sí, sí.

 R: Sí.

 I: OK.

 R: Ajá.

 I: No, es bueno que pueda visitar.

 R: Sí.

 I: Qué bien. OK. Y pues cuando está aquí, me-, cuando pasa usted tiempo acá, ¿me puede hablar un poco de los contactos sociales que tiene como familia, amigos, no sé, gente en general que- con quien está en contacto por lo regular?

 R: Obviamente no tengo amistades.

 I: Ajá.

 R: Solamente tengo gente conocida que he conocido en la iglesia.

 I: OK, sí.

 R: La iglesia cristiana.

 I: Sí.

 R: Que une a nosotros y ellos se congregan. El pastor, las hermanas, pues me gusta ser social, platicarle, hablarle a la gente, aunque no me hable, saludarla.

 I: Ajá.

 R: Darle un abrazo y decirle pues, que, que la amo en nombre de Jesús, ¿verdad?

 I: Sí.

 R: En nombre del Señor.

 I: Sí.

 R: Y demostrarles el amor de Dios a la gente.

 I: Muy bien, muy bien.

 R: Sí, pues gente que anda cargada de problemas.

 I: Sí.

 R: Pero, ya uno dándole un abrazo y decirle, Dios te ama.

 I: Ajá.

 R: Y entonces aquella persona ya sintió diferente.

 I: Ajá.

 R: Alegre.

 I: Sí.

 R: Y dice, oh, dice, soy importante, dice.

 I: Ajá.

 R: Dios me ama.

 I: Sí, exactamente.

 R: Sí. Porque, realmente, aquí en el mundo no hay amigos. Amigo solamente es el Señor, para cada uno de nosotros.

 I: Sí.

 R: Él nos ama como nadie, sí. Yo puedo amar mucho a mis hijos, pero como Dios los ama a ellos, como Dios me ama a mí, no hay.

 I: Ajá.

 R: Sí.

 I: Claro.

 R: Dios lo ama a usted.

 I: Sí @

 R: Sí.

 I: Es verdad.

 R: Sí.

 I: Eh entonces, ¿ha estado a la iglesia, acá, en Fellowship?

 R: Eh ¿Cómo se llama la iglesia?

 I: Sí, Fellowship, OK. En español, sí. Sí, yo-yo asistí a un servicio y...

 R: Ah, bueno.

 I: Me gustó mucho.

 R: Qué bueno.

 I: Sí.

 R: Es bonito.

 I: Sí, sí, me encantó. OK, bueno, pues, vamos a ver. ¿Sabe algo de inglés usted?

 R: No. No.

 I: ¿Había um alguna vez es-estudiado en-en El Salvador X T: 12:49?

 R: Tuve muchas intenciones de haber estudiado.

 I: Ajá.

 R: Porque yo vine a Houston y, y una familia de, de, de, de Pakistán necesitaba una persona, una babysitter para que les cuidara un bebé.

 I: Ajá.

 R: Entonces yo, pues me ofrecí y, yo no podía nada de español, pero yo le dije a Dios, si ese trabajo es mío...

 I: Ajá.

 R: Tú me vas a ayudar.

 I: Sí.

 R: Ellos van a tener formas para poderme enseñar, poderme indicar qué es lo que les gusta. Y, y gracias a Dios así fue. La señora me-me, me hablaba por computadora.

 I: Ajá.

 R: Ahí ponía y me volteaba a ver y me decía que, que me parecía a su mamá y que ella me quería mucho, que era muy servicial, que era muy especial.

 I: Sí.

 R: Y yo como no podía inglés, no me podía expresar igual.

 I: Sí.

 R: Pero yo le hablaba a mi sobrina y le decía, decile [sic] esto y esto y esto a la señora, porque ella no me entiende.

 I: Ajá.

 R: Y entonces ella agarró un cariño, un amor hacia a mí, grande.

 I: Sí.

 T: 14:04

 R: Porque yo he sido muy, pues, muy responsable, muy respetuosa.

 I: Ajá.

 R: Yo me callo, ningún... me llamaron la atención, yo me quedo callada y procuro, ser lo mejor.

 I: Sí.

 R: Sí.

 I: Ajá.

 R: Y entonces ellos me apreciaron mucho y no querían llevar, no querían que yo me fuera para El Salvador. La señora lloraba y lloraba y me decía, ¿qué voy a hacer yo?

 I: Sí.

 R: ¿Qué voy a hacer con este bebé si yo trabajo? Y me dijo, voy a dejar de trabajar, porque yo a otra persona no meto a mi casa. Mi esposo está joven.

 I: Ajá.

 R: Y yo no puedo meter a una jovencita. Y yo te quiero a ti. Entonces, pero, yo no quería, pues perder la visa. Yo me tuve que ir.

 I: Sí.

 R: Y me dolió el alma, me dolió el corazón haber dejado el bebé, porque yo lo amaba a ese niño. Lo quería porque él dormía conmigo.

 I: Ajá.

 R: Yo lo bañaba, yo lo cambiaba, yo jugaba con él, yo salía con él, porque ella, ellos no les gusta mucho, uhm, hacer el sacrificio por sus hijos. Ellos mejor pagan verdad.

 I: Sí.

 R: Pero yo lo hacía con gusto. Y entonces la señora agarró un cariño, y el señor también. Y, yo le doy gracias a Dios, porque Dios ha puesto esa gracia en mí.

 I: Sí, sí, sí.

 R: Para yo ser, tener esa, no tener uno problemas para poder tener un bebé, al cuidar, la responsabilidad es de uno. Que yo trataba la manera de estar lo más tranquila.

 I: Ajá.

 R: Para cuidar al bebé. Yo pasaba solita, todos los días, sola, sola, sola.

 I: Ajá.

 R: El señor viajaba por meses, ella trabajaba todo el día.

 I: Sí.

 R: Y yo me quedaba en la casa. Cuando ella llegaba me hallaba en el suelo, jugando con el niño.

 I: Ajá.

 R: Apre- a poniéndolo a caminar.

 I: Ajá.

 R: Y entonces eso le ganó a ella.

 I: Ajá.

 R: Aquel que le quiere a sus hijos.

 I: Ajá.

 R: Lo quiere a uno.

 I: Bien.

 R: Así me decía ella.

 I: Sí.

 R: Sí. Este, que me puse bien gordita.

 I: Ah.

 R: Ajá. Muy gordita.

 I: ¿Qué edad tenía la... el niño?

 R: El bebé, cuando yo lo, lo-lo agarré tenía, cinco.

 I: ¿Cinco meses?

 R: Cinco meses. Y lo dejé de nueve.

 I: Oh, OK,

 R: Ajá.

 I: Sí.

 R: Lo dejé de nueve. Ya el niño cuando me miraba era una gran alegría y ya empezaba a hablar español @

 

I: @

R: Y ya ella bien contenta le aplaudía.

 I: Oh, OK.

 R: Me decía, oh, dice, puede hablar español, dice. Ya el niño decía mamá, papá.

 I: Sí.

 R: Sí. Leche.

 I: Sí.

 R: En español.

 I: Estoy tratando de enseñar a mi-mi sobrina.

 R: Ajá.

 I: Un poco de español también.

 R: Ah qué bueno.

 I: Palabras como leche y hola, ¿cómo estás?

 R: Ajá, ¿cómo estás?, buenos días.

 I: Sí.

 R: Buenas tardes, buenas noches.

 I: Es divertido, sí.

 R: De día decía, buenas noches, y decía así.

 I: Oh.

 R: Ah, la señora encantada, brincaba de alegre, que ya el niño ya podía.

 I: Ah, OK. Pues, um ¿había estudiado antes otro idioma?

 R: ¿Otro idioma? Pues hice la intención de aprender, porque ella me dijo, yo te voy a mandar el dinero para que aprendas inglés y te vengas otra vez.

 I: Ajá.

 R: Yo traté la manera de buscar escuelas.

 I: Sí.

 R: Dijeron que ya para mi edad no había. Que sólo había para jovencitos. Yo me-me desmoralicé.

 I: Ajá.

 R: Y ya no seguí. No, porque mi anhelo era aprender un-un-un inglés, aunque sea básico, porque eso le ayuda mucho a uno. Por lo menos, yo quería haber practicado algo, para irme para donde ella. Pasa que yo me fui otra vez, llegué otra vez porque me hablaron por teléfono.

 I: Sí.

 R: Venían ya ellos de Pakistán, porque cuando yo me fui para El Salvador, ellos se fueron para Pakistán.

 I: Ajá.

 R: Ellos tienen su religión, ellos adoran a un Dios que se llama Alá.

 I: Ajá.

 R: Entonces, cuando vinieron me llamaron y ese día que yo llegué, me dijo, bueno, venite, vení, yo llegué un día viernes, venite el lunes, el domingo en la noche. Y ese día el niño se cayó y se desnucó la nuca. Lo ingresaron en el hospital y el señor me dijo, “no va a haber dinero, XXX. No va a haber dinero, no trabajamos. Pues aquí, si no se trabaja, no hay dinero. Ahí te avisamos en otra ocasión.”

 I: Sí.

 R: Bueno. Sentí mucho lo que les pasó. Me dolió el corazón ver al niño enfermito en el hospital.

 I: Sí.

 R: Pues, le dije a mi sobrina, pues yo claro que me voy a regresar.

 I: Ajá.

 R: Me voy a ir para El Salvador otra vez. Porque yo en otra parte, ya no voy a hallar algún trabajo como el que tenía. Pues no me dieron ellos seguridad que me iban a ocupar, porque ellos no estaban trabajando. Me fui otra vez, sólo estuve un mes y me fui de regreso para El Salvador. Ya no volví a regresar a Houston.

 I: Hum, sí.

 R: Ajá. Entonces no, se me quibo- se me quitó el deseo de ir a aprender inglés.

 I: Ah sí, entiendo.

 R: Sí. Y yo ahí en la iglesia donde yo me congrego, pues ahí hay inglés de gratis.

 I: Sí.

 R: Y ahí está la oportunidad para, dije yo puedo aprender.

 I: Ajá.

 R: Yo creo que para aprender no hay edad.

 I: Ajá.

 R: Y mientras haya vida, hay esperanza @

 I: Sí @ Es verdad, sí.

 R: Sí.

 I: OK. ¿Pero sabe cómo, bueno, unas palabras, unas frases... En inglés o... como algunas frases o...?

 R: Ah, yo solamente le puedo decir, good morning.

 I: Ah, sí, sí.

 R: Sí. Que dice, buenos días, ¿verdad?

 I: Ah sí, en inglés.

 R: Ajá.

 I: Qué bien. OK. Bueno, pues, uhm... Quería hablar de, un poco de las iglesias aquí, en la comunidad, pues, ¿me puede hablar de-del papel que juegan las iglesias o la iglesia a donde... ha ido usted um, juegan un popel-papel importante en la comunidad en las vidas de la gente aquí?

T: 21:03

 R: Pues, yo aquí, digamos, no, no, no no conozco casi nada.

 I: Sí.

 R: Yo miro iglesias, muchas iglesias, si yo me quedo viendo. Pero no miro movimiento de de personas.

 I: Ajá.

 R: Entonces, veo yo que-que aquí hay un evangelio muy moderno.

 I: Ajá.

 R: Muy moderno.

 I: Sí.

 R: Y-y en mi país es bien diferente.

 I: Ajá.

 R: Allá pues, hay iglesias chiquitas, hay iglesias medianas y hay iglesias grandotas.

 I: Ajá.

 R: Eh, realmente donde yo estoy congregándome, donde yo me congrego, hay una iglesia que van 5,000 personas. Hay tres cultos en el día y 5,000 personas. La iglesia es grande, hay mucho trabajo en el Señor.

 I: Sí.

 R: Ahí hay cafetines, ahí hay, parqueos.

 I: Sí.

 R: Ahí hay parques adentro, hay piscinas para bautismo. Em, la iglesia es muy lujosa.

 I: Ajá.

 R: Y todo eso Dios lo ha dado, porque nosotros, los miembros de la iglesia no nos han pedido nunca un cinco.

 I: Ajá.

 R: Y Dios es el que provee y mueve esa obra. Solamente que, que orar, ¿verdad? Orarle a Dios.

 I: Sí.

 R: Porque él es el dueño.

 I: Ajá.

 R: Él es el dueño del oro y de la plata y de todo lo que está aquí en la Tierra y en el cielo.

 I: Sí.

 R: Entonces sí, y luego trabajo en tres ministerios. Yo visito los hospitales.

 I: Ah, qué bueno.

 R: Yo voy a visitar lugares, predico en los buses, y, y, y sirvo en la iglesia acomodando las las personas que van llegando, darles la bienvenida y sentarlos.

 I: Sí, sí.

 R: Sí, que nadie ande para arriba y para abajo, o que nadie se quede parado, todos sus respectivos asientos.

 I: Ajá.

 R: Y no les decimos con los con los líderes, no nos hablamos, solamente nosotros levantamos la mano, hacemos la muestra cuántos asientos faltan, cuántos miembros faltan, cuáles son los asientos para gente gorda, cuáles son los asientos para gente normal.

 I: Sí.

 R: Y todo eso, nosotros recibimos capacitación. Estudiamos la biblia, eh, teo...teología.

 I: Sí, ajá.

 R: Para cuando nosotros vamos a predicar, que estemos seguros lo que le vamos a decir a la persona. No insultándola, no exigiéndola, no maltratándola con palabras, ni decirle, vos te vas a ir al infierno, no, de ninguna manera.

 I: Ajá.

 R: Sino con amor.

 I: Sí.

 R: Sí. Entonces, así es como nosotros hemos logrado que la gente llegue, la gente, son como las ovejas.

 I: Ajá.

 R: Que les da miedo cuando la gente está muy exigente. Y nosotros no, nosotros les damos un abrazo, les decimos la bienvenida y la llevamos a sentarla. Si son cinco, son ocho, son diez, son veinte, nosotros tenemos los espacios. Y la gente se queda contenta, vuelve otra vez. Vuelven otra vez, sí. Y entonces sí, y ahí pues ah el pastor no exige ofrendas, no exige diezmos, primicias, nada. Nada, nada. Ahí, es cada quien, hay que recibir la bendición de Dios.

 I: Sí.

 R: Sí. Y así es, que nosotros no estamos para, para maldecir, estamos para bendecir.

 I: Ajá.

 R: Porque a eso nos ha mandado el Señor. Y soy misionera. Voy de, voy seguido a Guatemala.

 I: Ah, OK.

 R: Sí. A misiones.

 I: Qué bien

 R: Y ahí andamos trabajando, pues yo me he quedado sola, solo, solita. Y eso a mí me sirve de, de, de bendición. Sí, me llevo bien.

 I: Qué bonito, sí.

 R: Con todas las personas que trabajan en la iglesia.

 I: Ajá.

 R: Sí. No andar con chismes, no andar con chambre, nada de eso.

 I: Sí.

 R: Sí.

  1. OK, muy bien. Pues, quería hablar un poco de, uhm, pues su vida en-en El Salvador, pero también en, pero también cuando está aquí, pues, pues cuando está aquí usted, ¿me puede describir un, un un día típico para usted? ¿Qué, no sé, qué suele hacer si si está aquí?

 R: ¿Qué es lo que a mí me gusta, de las comidas? No.

 I: No, como un día típico para usted.

 R: ¿Un día especial?

 I: Un día como regular o cotidiano, un día como normal para usted, ¿me puede describir cómo es?

 R: Ah, a mí el día, bueno, todos los días son de Dios.

 I: Sí.

 R: Todos los días. Eh, mi pasión es hablar de Dios, eh, me gusta, este, ¿cómo le quiero decir?, mmm, ser activa.

 I: Ajá.

 R: Ayudar en algo, hacerme útil.

 I: Sí.

 R: Me gusta, eh, el, el, el día pues, que viene mucha gente, yo les hablo de Dios. A mí me encanta hablarles del amor de Cristo. Otros dicen, ya no he llegado porque la señora me habla mucho de Dios @, entonces pero, no saben que Dios es para ellos, ¿verdad? Me encanta, pues que aquí uno pues pasa feliz, tranquilo, no hay contiendas, no hay problemas con ninguno de los señores aquí.

 I: Sí.

 R: Un día tranquilo, un día agradable y, y el señor nos da de todo. A mí me encantan los taquitos, ¿sí? Y paso un día feliz, no siento el día. Soy tranquila con los niños.

 I: Sí.

 R: Con él, con mi nuera.

 I: Ajá.

 R: Y, y el día lo siento corto.

 I: Sí.

 R: Sí.

T: 28:00

 I: um y pues...

 R: Me gusta salir a pasear.

 I: Ajá, sí.

 R: Me gusta ir a ver, me gusta ir a Walmart, a los almacenes, me gusta ver todo lo que hay de bonito.

 I: Sí.

 R: Me encanta y hac- y esos momentos son inolvidables.

 I: Sí mhm

 R: Bonitos.

 I: Sí me gusta Roswell, es um es bastante bonito.

 R: Bonito, a mí me gusta. Ver las historias de las casas.

 I: Sí.

 R: Eso me encanta. Leer donde dice 1850, es la casa. Patrocinada en tanto tiempo, no hay nadie. Y se mantienen aquellas casas estables como que hubiera gente. Eso me encanta, las historias.

 I: Ajá, es muy interesante.

 R: Ah sí, me encantan las historias.

 I: Sí, sí, sí.

R: Yo puedo pasar todo el día viendo, caminando, leyendo, todo. Me gustaba ser curiosa.

 I: Sí, sí.

 R: Ajá. Me gusta mucho aquí.

 I: Muy bien, sí, es muy interesante, sí, me gusta. OK. Pues, y cuando era niña en Méxi-, en perdón, en El Salvador, ¿tenía... en su casa tenía quehaceres que hacer en la casa?

 R: Oh, sí @ mis padres eran muy pobres, pues así nos criamos nosotros. Entonces, pero nos, nos tenían bien sumergidos, ¿verdad? Que, si se les terminaba un vestidito, nos compraban otro y no teníamos zapatos, nos compraban un par de chancletillas y ya en tiempo, ya grandes, chiquitos no, chiquitos andábamos descalza. Eh ya grandecitos. Y, pues mi papá tenía su vicio de tomar, nunca alcanzaba nada, mi mamá trabajaba, ella limpiaba, ella lavaba, ella planchaba. Y lo que ella ganaba pues nos daba de comer. Y algunos centavos que mi papá le daba, nos compraba ropita. Y así crecimos en esa humildad económica.

 I: Sí.

 R: Hasta que ya nosotros ya fuimos adultos, que ya crecimos, dije no, yo voy a trabajar.

 I: Sí.

 R: Aunque sea barriendo, trapeando, limpiando, pero yo quiero trabajar.

 I: Sí.

 R: Y así empecé yo. Sí. Así empecé a comprar mis cosas personales.

 I: Sí.

 R: Y lo que podía, le ayudaba a mi mami. Yo le decía, tú, mamá, mira comprá, comé. Entonces, sí, y bueno, como mi mamá X T: 30:30, que, cuando un hijo es bueno, me abrazaba.

 I: Sí.

 R: a, me besaba, me apapachaba. Y decía, te quiero mucho, hija.

 I: Ah, sí.

 R: Y así fui toda la vida, que lo que trabajaba, compartía, con ella. Nunca dije, esto sólo es mío. Yo le di a mi madre.

 I: Sí.

 R: Sí. Entonces sí, crecimos en un ambiente...

 I: Está bien, sí.

 R: Valoramos lo que nosotros tenemos.

 I: Sí.

 R: Sí.

 I: Exactamente.

 R: Ajá.

 I: ¿Cómo era um la casa? ¿Me puede dar un poco de...?

 R: La casa que nosotros teníamos era de, era de tierra, de adobe.

 I: OK.

 R: Usted ya sabe, ya sabe, ¿ha visto los adobes?

 I: Sí.

 R: Que son de tierra, de barro.

 I: Ajá.

 R: Pues era así la casa, pero la casa, nosotros nunca tuvimos casa propia.

 I: OK.

 R: Ellos nunca se preocuparon por decir, vamos a comprar un terreno, una casita, no, nada. Sólo que la gente, pues les decía, aquí vivan, aquí vivan y ahí nos íbamos.

 I: Sí.

 R: Cuando ellos ya se murieron, pues cada quien de mis hermanos buscó su camino. Yo también. Yo ya tenía, ya tenía a mi niña, tenía otra, que era mi sobrinita. Y empecé a trabajar en un hotel, en El Salvador. Y busqué un apartamento chiquito.

 I: Ajá.

 R: Yo pagaba el apartamento, bueno, mi prima me cuidaba a mis dos niñas y yo trabajaba, hacía horas extras, llegaba, las hallaba dormidas. Las dejaba dormidas y así fue mi vida hasta que hubo un tiempo que me que me indemnizaron.

 I: Ajá.

 R: Y dije yo, Señor, ¿qué hago con este dinero? Si me lo como, me quedo sin dinero, sin pagar casa. Y vino a mi vida un sentir y dije yo, no, yo voy a comprar, un par de, de-de blusas o lycras y me voy a ir a vender. Y así empecé a trabajar, y total de que puse mi pre-pequeña empresa yo.

 I: Ajá.

 R: Sí. Yo ya trabajé bastante, conseguí muchos créditos en los bancos.

 I: Ajá.

 R: En las fábricas.

 I: Sí.

 R: Eh iba a, a re- a pedir, a recibir pedidos a los almacenes, a los bazares, a los mercados.

 I: Ajá.

 R: Me pedían las cantidades, yo las apuntaba, las mandaba hacer, las cancelaba, y ahí me iba con toda esa mercadería, a entregarlas y trabajé así con 80,000 colones en El Salvador.

 I: Ajá.

 R: Y, y puse pues, mi trabajo propio.

 I: Ajá.

 R: Ahí fui viendo mi prosperidad.

 I: Sí.

 R: Ahí fui viendo que ya me podía quedar para poder comprar una casa. ¿Qué hago?, decía, ¿compro un carro, una camioneta o compro una casa? Pero no, voy a comprar una casita.

 I: Ajá.

 R: Compré la casita. Es aún la actual donde yo vivo ahorita.

 I: Ah, OK.

 R: Sí, es propio, es mío.

 I: Muy bien.

 R: Sí. Y ya en eso crecieron, pues, ya en el gasto íbamos menos, sólo él era el único que yo le costeaba los gastos, porque él estaba estudiando todo esto, de alarmas y todo esto y era una una clase muy cara.

 I: Ajá.

 R: Para mí era cara, porque no tenía yo recursos de otro lugar.

T: 35:00

 I: Sí.

 R: Solamente de mi-mi pequeña empresa.

 I: Ajá.

 R: Y mi taller que tenía yo.

 I: OK.

 R: Sí. Mujeres me cosían, yo viajaba todos los días. Trabajé como no tiene una idea, como una burra.

 I: Ajá.

 R: Pero ahora, gracias a Dios, cuando ya empezó a trabajar, ya fue menguando.

 I: Ajá.

 R: Ya el- ya los trajines míos ya fueron más pocos.

 I: Ajá.

 R: Y en eso pues, que ya grandes dijeron, no, dice, él compró su carro, dinero de que ya empezó a trabajar.

 I: Ajá.

 R: Y y yo con mi trabajo. Cuando ellos ya crecieron y se vinieron, dijeron, oye, mamá, ya no trabaje, ya no se mate, ya no hay por qué, nosotros le vamos a mandar. Cobré todo mi dinero, pagué todo lo que debía, todo, todo, no debiendo nada. Y-y, y pasé recogiendo mi dinero y me ahorré en ese tiempo estaban los colones. Ahorré $80,000 colones. Me los tradujeron a, a dólar, cuando ya vino el dólar a allá.

 I: Sí.

 R: Y, pues gracias a Dios tengo una, una vejez tranquila.

 I: Ajá.

 R: Sin preocupaciones, porque ella, él y mi hija son los que me sostienen.

 I: Ajá.

 R: Sí.

 I: Qué bien.

 R: Depende de Dios, ¿verdad?

 I: Sí, pero de ellos, Dios toca a mis hijos, porque hay hijos que, que no le ayudan a sus padres.

 I: Sí.

 R: Sí, y-y ellos nunca me han dejado de mandar, nunca.

 I: Ajá.

 R: Siempre me han mandado mi dinero. Fui una madre que yo los supe guiar. A mi hija, se casó de 23 años.

 I: ¿Sí?

 R: Sí, su esposo feliz, contento, pues él dice que, a veces dice la gente, no, dice que la virginidad no sal- no vale, ¿cómo no?, vale mucho.

 I: Sí.

 R: Sí, vale.

 I: Ajá.

 R: Así que-que, mi hija se cuidó... y se casó a los 23 años.

 I: OK.

 R: Y, bueno, así quería yo, porque no quería que quedaran solos, solteros o que anduvieran aventurando pues con uno, con otro, todo eso, ¿verdad? Yo le dije a Dios, no quiero eso, porque ser una mujer soltera le cuesta, mucho.

 I: Sí.

 R: Sí. Mucho. No es de todas, porque hay mujeres que no pueden vivir si no es la pareja.

 I: Ajá.

 R: Yo le hice frente a la vida, ajá, le hice frente a la vida y con mucha honra al Señor, pues aquí me tiene.

 I: Sí.

 R: Ahora sirviéndole a Dios.

 I: Sí.

 R: Viajando cuando ellos me dicen, venga, y eso pues si hay posibilidades de venir, yo vengo. Cuando no, yo digo, no puedo.

 I: Sí.

 R: Sí. No sé si falta otro poquito.

 I: No, está muy bien, está muy bien. Nada más quería, uhm... Me interesa un poco la comida que-que solía comer en-en El Salvador, ¿qué- qué tipos de comida hacía?

 R: Ah, pues mire, la comida allá de El Salvador, allá la comida típica y que, hasta el presidente Obama ha ido. Allá le dieron al presidente pupusas.

 I: Ah, sí.

 R: Y dice, oh, dice, qué buenas son las pupusas de El Salvador. Allá hacen pupusas de frijol con queso.

 I: Ajá.

 R: Queso con chicharrón, hacen de camarón, hacen de pollo, hacen de chipilín, hacen de mora, hacen de espinaca. Hay variedades de pupusas, así. Una pupusa que sólo vemos en el comal, en la plancha, dice, qué ricas se ven esas pupusas. Así es que allá, los americanos que van, los blancos que van allá, es lo primero que ellos buscan, dónde están las pupusas.

 I: Ajá.

 R: Y mira aquel mujeral, ¿verdad?, y ya se sienta y le ponen allí todo lo típico allí a acompañar la pupusa, dice, qué ricas las pupusas, qué ricas. Allá hacen mucho la yuca con chicharrón

 I: Hum.

 R: Y le gusta mucho a la gente. Hacen... hacen, este, también, hacen enchiladas de, de, de carne.

 I: Ajá.

 R: Muy buenas, son típicas.

 I: Sí.

 R: Hacen un-un, un atole que le dicen, el chilate, allá compro un chilate lleno de pimienta y le ponen en un guacalito de morro, le ponen el... le ponen, eh, camote en miel, le ponen plátano en miel, muéganos de yuca, muéganos de masa tostaditos con mielita, y esa es una bebida típica.

 I: Ah, OK.

 R: También hay otra que le dicen el atole de elote.

 I: Ajá.

 R: Eh, el atole allá lo hacemos con azúcar, otra gente lo hace con dulce.

 I: Ajá.

 R: Nosotros lo hacemos con azúcar, canela, muy rico el atole, delicioso. Y el atole, el ayote sancochado, cosido son salita y tierno con el atole. La gente le encanta esas cosas típicas.

 I: Me parece muy rico.

 R: Muy delicioso.

 I: Sí.

 R: Muy delicioso.

 I: Qué bien.

 R: Y bueno, hay muchas cosas allá, pues que, si dice, bueno, yo quiero, yo quiero pues, comer, eh, conchas. Usted va a un restaurante y dice, yo quiero un coctel de conchas. Es una comida típica. Le dan un guacalito, le quiebran las conchitas, le echan limón, le echan, eh, tomatillo, cilantro, cebollita picada, limón y mire, eso dicen, eso yo nunca me he comido eso, porque a mí no me gusta que los animalitos que se retuercen cuando les echan el limón, entonces, pero eso es, viene costando como $7, $5 dólares el guacalito.

 I: Sí.

 R: Pero dicen que eso levanta hasta muertos, dicen, pero, ¿a verdad? @ Pero yo miro a la gente muy emocionada.

 I: Sí.

 R: Comprando eso.

 I: Pues me gustaría probar la comida salvadoreña, nunca he probado.

 R: Sí pues, haga el ánimo de llegar y me avisa, y va ante mí.

 I: ¿Cómo?

 R: Y va a mi casa.

 I: Ah me encantaría @

 R: ¿Sí?

T: 42:00

 I: Sí, algún día @

 R: Algún día.

 I: Sí.

 R: Sí.

 I: Pues, OK. Pues también quería saber un poco de la las, la escuela. ¿Cómo era la experiencia para usted?

 R: ¿La-la escuela? Mire, como le digo yo, la escuela era familia pobre, yo recogía las páginas que botaban mis compañeros.

 I: Ajá.

 R: Y ahí hacía las tareas.

 I: Ah, sí.

 R: Sí. Y hacía, y con- y si hallaba una página de papel de oficio... lo hacía cuadernos, los romp- los cosía y ya llevaba mis cuadernos. Y así yo era la mejor alumna de la escuela. Sí, lástima pues que mis padres eran tan pobres que ellos no quisieron que yo estudiara más.

 I: Ajá.

 R: Porque a mí me gustaba.

 I: Sí.

 R: Me gustaba, me encantaba estudiar.

 I: Ajá

 R: Era tan responsable que era, llegando venía yo a hacer mis deberes.

 I: Ajá.

 R: Y había veces que me quitaban hasta la luz, mi papá, de enojado, porque no me acostaba luego. Porque los viejitos de antes, de muchos antes, ya vengo hablando de como de unos 90 años, no gus- no les gustaba que uno de mujer estudiara.

 I: Ajá.

 R: Decían que sólo los varones.

 I: Ah

 R: Sí. Y a ellos no les gustaba que yo me quedara estudiando. Decían que para qué. Ya suficiente con sólo firmar.

 I: Sí.

 R: O sea, era suficiente para ellos. Pero para mí no era suficiente, yo quería avanzar.

 I: Ajá.

 R: Avanzar yo hubiera querido ser una-una un mujer, importante. Estar en un lugar como una asamblea.

 I: Ajá.

 R: Sí, eh, yo decía y soñaba con ser abogada.

 I: Ajá.

 R: Ajá, me gustan los casos.

 I: Sí.

 R: Sí, me gustan investigar.

 I: Sí, es muy interesante.

 R: Ajá. Y ese era mi sueño.

 I: Mi compañero de cuarto es abogado.

 R: ¿Ah sí?

 I: Sí.

 R: Pues eran mis sueños, sí.

 I: OK, pues sólo hay como, bueno, unas preguntas más, uhm, si tiene unos minutos más, no sé si tiene tiempo. Pues, muy generalmente, ¿me puede hablar de las diferencias entre la vida en El Salvador y la vida acá?

 R: Uhm, muy diferente. Aquí anda uno tranquilo, aquí anda uno de noche y no anda con miedos. Aquí se pone uno sus prendas personales y no teme de que, le van arrebatado le van a quitar la vida por un relojito.

 I: Ajá.

 R: Aquí, aquí dan ganas de disfrutar sus cosas, pero allá en El Salvador no se puede. Allá uno vive encerrado, sólo sale a abrir la puerta para salir a la tienda y entra y no sale, porque hay mucha delincuencia, hay mucha extorsión, hay mucho violador, extorsionistas, mareros [fonético], secuestradores, que ahí se ponen en alrededor de las casas, sentados en las en las banquetas con las pistolas. Viene la autoridad, los-los balea, caen muertos unos, otros los van siguiendo. Y, y-y aquí le da un zozobro, que casi en la colonia mueren hasta veinte, treinta en el día.

 I: Ajá.

 R: Uno va en el bus ya con aquel temor que se suban a exigir $10 dólares, $50 dólares, celulares, relojes, todo, todo quieren, quitan. Y el que no da, lo, lo despescuezan.

 I: Mhm

 R: Entonces, uno camina con aquel cuidado, se sube al bus, los queda viendo y uno ve que cada asiento donde se va, donde uno solo va, para que no se siente otro. Y anda uno en el centro de la capital y anda uno con aquella mirada para allá y para acá. Entra a los almacenes y y no lo, no entran, porque hay rejas, no puede entrar, hay rejas por todos lados.

 I: Sí.

 R: Y entonces, uno de afuera habla a que lo despachen... y aquí de a ratito andan las sirenas, las ambulancias allí, que ya asaltaron un banco, que ya murieron tres por allá. Dios mío, digo yo, qué barbaridad. Yo ya me voy para mi casa, ya no voy a tal lugar, y agarro para la casa otra vez. Y le digo a mi hermano, yo no fui a tal lugar, porque me da, hubo la gran balacera en San Salvador. El lugar donde yo llegué, ahí pegado asaltaron a un banco y rodearon todo eso. Y así ya sale en las noticias ahí en la televisión, en todos los noticieros, lo que ocurrió. Que siempre, gracias a Dios, nunca me ha pasado nada, nunca. Pero así vive uno allá.

 I: Sí.

 R: Sí. La gente yéndose de las casas, metiendo cosas los, a los, a las mudanzas, es que se van. Otra gente que, con las amenazan les dicen, salga entre ocho horas, la gente agarra camino y nadie sabe para dónde se fueron, nadie. Y dejan sus casas idénticas. Vienen ellos, las abren y ya llegan a vivir allí. Así es la gente, así vive uno allá en El Salvador.

 I: OK.

 R: Sí. Una vida... terrible.

 I: Sí. ¿Entonces aquí es mucho más tranquilo?

 R: Ah sí, yo aquí le digo que duermo bien.

 I: Ajá.

 R: No me alcanza la noche para dormir. Y yo allá, no, no. Me despierto, me tiembla esto de aquí cuando empiezan a empuñar las puertas y los perros y las balaceras, y la bulla, salgan, abran la puerta. Uno no se levanta para nada, no. Pues pide a Dios misericordia. Así es la vida en El Salvador.

 I: Sí.

T: 49:00

 R: Sí. En todo parte en todo. El Salvador es chiquito, es pequeño, oiga.

 I: Sí.

 R: Nuestro país.

 I: Ajá.

 R: Pero no hay un país tan violento como El Salvador.

 I: Mhm bueno... y-y pues, ¿cree que es, para la gente que llega aquí para vivir... cree que es difícil que se, pues, acostumbren, se integren a la comunidad aquí? Por ejemplo, la gente de El Salvador o de otro país, ¿qué tan faci-difícil es cree que es para que se adapten a la vida aquí?

 R: Mire, la gente que va de aquí a El Salvador anda con el mismo miedo, porque bien conocen. Estos hombres conocen al extranjero que va de aquí, lo siguen, lo persiguen, le piden dinero, cantidades, si no lo da, lo matan. Por eso, cuando va una gente, no hay que contar, allá no contamos, ni cuando uno va a salir, ni cuando uno va a llegar, porque conocen la gente extranjera, en el habla. Ya dicen, usted lo vamos a matar. Bueno, es un peligro.

 I: Sí.

 R: Y la gente que llega de aquí a allá, allá la gente dice, no, dice, me voy para Estados Unidos, allá vivo tranquilo con mi familia. Aquí no vivo en esta zozobra y aquel temor. Y no se puede hacer-hacer un negocio, para nada.

 I: Ajá, sí

 R: Y, y la gente pues que, que va de aquí a allá anda con miedo, porque los han asaltado a varios o los matan.

 I: Sí.

 R Sí ha habido muchos, un montón de casos, que los han... que hay gente que alquila carros en el aeropuerto para llevar.

 I: Ajá.

 R: Andar paseando allá, pero estos bandidos siempre conocen los que no son de allá, los siguen, los persiguen, los- yo no sé cómo entienden los números de teléfono, lo llaman, lo amenazan, lo extorsionan, lo vigilan, le conocen hasta hasta el gato que tiene. Y ya con eso, pues, ponen miedo, pues.

 I: Ajá.

 R: Y nadie quiere morir.

 I: Sí. Sí entiendo.

 R: Sí. Y nosotros allá, yo no hago ningún negocio, he tenido oportunidad de comprar una ferretería, no he podido. He tenido la oportunidad de poner un negocio de víveres, vender maíz, frijoles, arroz, no he podido.

 I: Uhm, ajá.

 R: Ajá.

 I: Entiendo.

 R: No he podido. Así que, no teniendo nada...

 I: Sí.

 R: No-no le hacen nada.

 R: Sí.

 I: ¿Y-y qué cree que sea el reto más, más grande de um varias personas que-que viven acá, por ejemplo, Roswell para vivir?

 R: Ah, sí, es doloroso, porque mire, tanto jovencitos vienen a morir a la frontera. ¿Cuántos niños vienen a sufrir, porque vienen huyendo? Y allá los gobiernos no, no, no hacen nada, pues. Sí, sí A ellos les mandan millones de dólares de aquí… para el ejército. Y el ejército los captura, los agarra, los-los amarran, los llevan, pero los fiscales, les ofrezcan dinero y X T: 52:58

 I: Ajá.

 R: Entonces ya andan fuera.

 I: Sí.

 R: Así. Entonces, aquí no es, aquí es peligroso. La gente que va de aquí a allá... va exponiéndose.

 I: Ajá.

 R: Sí, va exponiéndose.

 I: Y si tuviera que darle unos consejos a alguien, pues, ¿qué-qué le diría? Um unos consejos a alguien que fuera a vivir, a venir aquí para vivir, pues. ¿Tendría algún consejo?

 R: Yo, yo le digo a la gente, porque yo oigo los comentarios, oigo los testimonios de las personas cuando han venido aquí, cómo han sufrido. Y yo oigo los comentarios cuando vienen a perder sus vidas en esos lugares de-de los desiertos, que yo me quedo asustada. Yo digo, aunque cayeran canastas de dólares en Estados Unidos, yo no fuera a Estados Unidos, porque si, si voy huyendo de la muerte, allá la puedo hallar en los desiertos, ¿sí? Si no, que yo les digo no, si no es legalmente, no. Hay que ir legalmente.

 I: Sí.

 R: Sí. Si no, no... Yo doy esos consejos tanto al que viene de allá a aquí, como el que va de aquí para allá, que no vaya a poner negocios allá.

 I: Ajá.

 R: Sí… no pongan negocios, porque se va a quedar sin nada.

 I: Sí...OK. Bueno, pues está muy bien. Um pues, esa fue la última pregunta.

 R: Muchas gracias.

 I: Básicamente, muchas gracias

 R: Mucho gusto

 I:  por su ayuda.